Descripción
El Estocolmo que Paco nos adhiere a los ojos, es dramáticamente frío, lleno de una cruel dosis de rutina y la abulia de la mejor de las decadencias nórdicas. Todas sus imágenes, sus calles, sus trágicos por vulgares personajes, están imbuidas de lo que en sí ha sido y es toda la cultura sueca, de lo que en sí ha marcado, desde siglos atrás, su propia filosofía, la que ha rezumado de la llamada Escuela de Estocolmo. Las fotografías de Paco Moltó están impregnadas de la misma carencia de sentido metafísico, están poseídas de la frialdad de un pueblo para el cual la médula del vivir diario no va más allá de la vulgar “hedoné”, del culto al bienestar, del consumismo refinado..
Miguel Angel Yáñez Polo
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